es el vino de la noche
y
pasa sin pudor sus dedos
por la paz de la sonrisa
y embarca en el deseo
de ser eternamente instante
La partida
que es ausencia para siempre
es el agua entre las rocas
y agita el cuerpo
cual cortejo bravío
grabando en fuego
que el olvido no es lenguaje
Como la vena que une
es esa calle que alienta
Entre los hombres
la señal de eludir al hombre
suicida sopla con sus mitos de
saberes diáfanos:
lo que une es la palabra.
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